Del género paterno

Desde que ha nacido la peque me he cruzado con unos cuantos como yo, es decir, padres recientemente estrenados con los que no hablar de otra cosa salvo de cómo duermen, cómo comen, cómo cagan, qué hacen ya y cómo están de grandes nuestros retoños. Hasta me he enterado de qué es eso del percentil de los huevines, palabra que desconocía totalmente junto con colecho, que creía que era algún tipo de alga marina, y me he visto en la tesitura de parlotear sobre la lactancia materna y cómo le iba a la señora en el arte de sacar el pecho en público.

Con estas conversaciones me he dado cuenta de que en general los padres somos muy competitivos en todos los aspectos, que si mi coche tiene 435 caballos, que si yo cuando era mozo corría los 100 metros en 8 segundos, que si me pasé el Tetris 2 veces con la misma moneda de cinco duros, vamos que la testosterona hace que compitamos hasta por lo más absurdo. De días como estos surgen quedadas para jugar al futbolín o peor aún partidos a tamaño real con sus respectivas lesiones (que ya tenemos unos años), por cierto, que difícil es encontrar un futbolín en Madrid y cuánto bien nos haría a nosotros.

Y es que cuando estás en plena contienda no te puedes quedar atrás, porque como buen macho, ¡esto es ESPARTAAAAAA!!!!!! digo… , ¡ay qué guapa que es mi niñaaaaaaa! El caso es que en el género masculino cuando tenemos que competir lo hacemos a vida o muerte, y si es necesario soltar una trola pues se suelta y te quedas más ancho que largo. Así que en un ejercicio de observación exhaustiva, rozando los estudios científicos y usando todas las herramientas analíticas que conozco (mi iphone pa apuntar) he catalogado a estos especímenes según las mentiras que sueltan. No voy a entrar en el género femenino porque las mujeres nunca mienten, sólo maquillan la realidad, y porque además del 100% de los que pasan a ver qué se cuece por aquí, el 90% son hembras y estoy segurísimo que ninguna de ellas echa ninguna bola cuando habla de sus queridos retoños (y yo no miento XD).

Sin más dilación os presento los tipos con los que me he cruzado hasta ahora, yo los llamo (voz de Doctor Heinz Doofenshmirtz de Phineas y Ferb) LOS MACHOTROLINEITORS :

Y os preguntaréis, ¿cómo se habrá dado cuenta este pobre hombre que toda la fauna que le rodea es una mentirosa compulsiva? Pues muy fácil, porque mi hija es la mejor, y punto pelota.

Mrs. P: Las mujeres somos mucho peores, me se yo de alguna… Aunque coincido con Mr. P claramente en el último punto.