La estación empezó el pasado domingo 22 de Septiembre y para inaugurarla qué mejor que ir al campo. Eso es lo que hicimos, como domingueros totales, nos marcamos unas tortillas, unos filetes, guarrerías a tutiplén, unas cervecillas y a exprimir el día con amigos. El sitio escogido fue Rascafría, no conocemos mucho los alrededores de Madrid y tenemos que decir que nos gustó mucho, el Valle de El Paular tiene gran cantidad de rincones y paseos muy agradables.
Llegamos temprano - algo bueno tenía que tener madrugar un domingo gracias al "Piertaaaa" a ostieja limpia con el que nos deleita la padawan en nuestra cama - y fuimos directos a Las Presillas, Piscinas Naturales de Rascafría. La zona cuenta con aparcamiento en el que se puede dejar el coche todo el día, 5€ mediante, aunque si no queréis gastar un duro, antes de llegar se puede dejar el coche en un lado de la carretera y acceder andando, 5 minutos de paseo.
Mr. P enseñándole los renacuajos a la ídem. |
Después empezó a aterrizar gente en la pradera, el buen tiempo todavía acompañaba y allí la gente seguía con el bañador. Eso sí, pocos fueron los que se atrevieron a meter el pie en el río Lozoya, buenísimo para la circulación como diría mi madre. Sacamos nuestro arsenal de comida, nos pusimos hasta las patillas, con plátano incluido de postre - el campo sin tortilla y plátano, no es campo - y dimos un paseo para que la padawan durmiera, lo cual fue fácil porque estaba rota. Así que aprovechamos y sesteamos también a la sombra de los árboles.
El día lo completamos con cafelito al despertar en un bar que hay en la zona, otro paseo y vuelta para los Madriles, no sin antes pillar un poco de atasco en la A1 como buenos domingueros madrileños.
Si queréis más información, podéis visitar la página de Rascafría o preguntadnos como siempre.
No os pongo nada de la receta, es mejor que la sigáis a ella. Sólo os enseño algunas fotos de la elaboración y os advierto que lleva mantequilla tostada, algo que no había probado nunca y que va a ser el mayor peligro que haya conocido ¡cómo huele y qué sabor! La tarta lleva tres partes, un streusel crujientito, una capa de manzanas y crema hecha con el preparado de las natillas (de muerte) y un bizcocho. A pesar de las capas que lleva es sencilla de preparar y queda de vicio, así que os animo a que lo intentéis.
A Mr. P no le gustan las manzanas así que adivinad quién se ha comido media fuente… menos mal que llamé a mi hermana para pedir refuerzos.