De las creadoras de la famosa comedia "
a ver cuándo os decidís" junto con la continuación que más pegó en sus pantallas "
come un poco más que ahora tienes que comer por dos", nos llega directamente desde el mismo estudio que las parió, la escalofriante
"a ver si venís que veamos a la niña de una vez". No se la pierdan en su cine habitual, a partir de ahora pegará y muy fuerte, tanto que puede que se les meta en el cerebro hasta crearles una migraña por saturación.
Pues sí señores y señoras, así empieza la película cuando unos se casan, la segunda parte viene cuando se avisa a las madres que nos parieron que ya nos hemos aburrido de escucharlas y les hemos hecho caso, y como no hay dos sin tres la tercera se produce porque nunca tienen suficiente en cuanto a achuchones a la nieta se refiere. Al igual que hace unos días os traíamos los síntomas de padre y de madre, hoy os dejamos a las abuelas para que veáis que aquí hay para todos cuando un churrumbel llega a casa, es una revolución en todos los sentidos.
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Abus amenazando si no llevamos a la nieta a verlas |
Siempre hemos estado muy de acuerdo con un monólogo de Joaquín Reyes (imprescindible para tontacos como nosotros) en el que decía que las madres por naturaleza son pesadas, nos canjean la placenta por esta virtud en el hospital, pero es que además si son castellano-manchegas son doblemente pesadas, os lo asegura ésta que escribe que tiene a madre y suegra de esta calaña. Sin embargo, mi querido Joaquín se olvidó de este otro género, la yaya, abu, nona, granny o como quiera que la llaméis, éstas suman un grado más de pesadez a su costal generando lo que se conoce como hartura extrema. Y es que desde el momento en que les das la noticia, ya no hay otro tema de conversación en la mesa salvo ese, no te molestes en sacarlo porque volverán a él con arduas tretas intentando sonsacar todo lo que puedan y planeando hasta la boda del que o de la que se avecina, pobre ilsu@.
Hace una año que dimos la noticia de que iban a ser abuelas, ni que decir tiene que ambas lloraron de alegría, era la primera nieta de la casa, niña para más inri, qué más podían pedir. Desde entonces hemos tenido regalos con cada visita, que si juguetes a los que no va a hacer ni caso aún, zapatos, chupetes, vestidos monísimos de la muerte que el padre de la criatura no pondrá ni aún borracho, jerseys, mantas o arrullos como se conoce en la jerga, más vestidos, diademas para esa larga melena con la que nacen, calcetines, más vestidos… y asín sucesivamente. Por supuesto ya sabíamos que nosotros íbamos a pasar a otro plano desconocido, aún el año pasado como no estaba Chewy tuvimos Navidad, esta ni la oleremos pasar, pero es que ya ni preguntan "
¿cuándo venís?" ahora ya es "
¿cuándo me traéis a la nena?" Están deseando que se la envolvamos para regalo y se la dejemos ahí, tanto es así que estando casi recién nacida ya nos decían que podíamos irnos al cine cuando quisiéramos a ver la nueva de Batman (frikis claro que sí), lástima que mi teta no se podía quedar ahí que si no…
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Ay omá qué rico! |
Pero éste no es el único síntoma, cuando una madre se convierte en abuela, el tema de la alimentación también se magnifica como en Gran Hermano, las emociones se multiplican por cien juas. El caso es que la preguntica de "
¿y cuánto pesa ya?" es más que habitual, menos mal que la nuestra se alimenta muy bien y no hay pegas a la leche de su madre, ay si no! Un claro ejemplo de ansiedad en este tema es cuando se desnuda a la criatura frente a la abuela y ella fija su mirada en esos perniles como si quisiera pegarles un bocao en cada uno exclamando
"ayyy que jamoncillllooooos".
Podríamos seguir y seguir porque estos síntomas dan para mucho, pero no nos vamos a calentar no sea que penséis que hay cierta pelusa en nuestras palabras, para nosotros también ella es la estrella :) quizá nos de para otra entrada si no morimos antes. Por cierto abuelas, por si leéis esto, no os escandalicéis, sus queremos tal como sois y como dicen en las películas
estos personajes son totalmente inventados, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (o no muahahahaha).
Mr. P says: Las abuelas hacen cierto el dicho de "No se puede vivir con ellas ni se puede vivir con ellas". Las queremos muchísimo porque son inigualables pero en pequeñas dosis.