Sin embargo lo peor viene cuando llegas a casa, cualquier padre-tolili o primerizo como se les conoce en la sabidurida popular, sabrá que todo se hace un mundo y aguantar en estos momentos todo el desfile de familia y amigos que vinieron a verte al hospital pero que quieren verte más tranquilamente en tu entorno, junto con todos aquellos que no se pasaron porque no pudieron o hicieron el "favor" de no hacerlo para verte en casa nada más llegar, se convierte en un auténtico COÑAZO.
Pensaréis que somos unos anti-sociales y que va dentro de nuestra estirpe frikeril, puede ser, pero la verdad es que cuando estás con todo el agobio de acomodar la familia a la nueva condición, lo que menos te apetece, al menos a nosotros, es tener que aguantar todo el plantel (expresión de abuela) de gentucilla dando consejos. Así que, con el objetivo de ayudar a los que no lo han pasado y piden consejo como el otro día con Mamá Low Cost vía twitter o a cualquier otro que esté en esta tesitura, nos vemos en la obligación de contar cómo al más puro estilo Ocean's eleven maquinamos nuestra OPERACIÓN SACAR LA BASURA. El nombre es la clave entre nosotros para anunciar que ha llegado el momento de plantear la táctica, simplemente uno le dice al otro "¡Ay, antes de que se me olvide hay que sacar la basura!" y allá que vamos con una de éstas:
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Nota: se puede sustituir a la abuela por otro familiar con el que se tenga la suficiente confianza como para poner en marcha la misión.
Aprovechando el tema del descanso, la madre ojerosa comentará "bueno voy a ir a dormir un rato a la niña que está cansada" a lo que el padre raudo y veloz responderá "vete tú también a dormir que esta noche la niña ha estado guerrera y no has descansado nada". El 90% de las visitas se han dado por aludidas y se han ido, el otro 10% se ha quedado dándole un poquito de conversación al padre quien ha ido disminuyendo el interés en la charla hasta que los ha conseguido echar por completo.
Nota: si el churrumbel estuviera dormido ya nos ahorraremos el paso maternal y el padre hará todo el papel aquí.
Si tenemos a nuestra hermana/padre/madre/amigo/alma cándida en whatsapp siempre podemos comentarle que le avisaremos para que nos hagan una llamada a casa donde simularemos que es un familiar inesperado que viene en 10 minutos a casa a ver al pequeño. Nos disculpamos con los pobres que tenemos porque no sabíamos nada pero ya no podemos decirles que no a los que vienen de camino. El 100% se ha ido, hay que tener cuidado en no decir que viene algún familiar/amigo común porque corremos el riesgo de no echarlos, sino de que esperen. (imagen de El Blog de Lolita Butterfly)
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Cualquier persona que acude a ver a una recién parida sabe que se puede encontrar a una mujer maltrecha, así que lo estemos o no, no seamos tontas, aprovecharemos esta coyuntura para comentar que tenemos que terminar la charleta porque hay que pasar a hacernos unos cuidados intensivos de la zona más afectada en el parto, para lo que necesitamos la ayuda del marido y después reposo. Así que se esfuman con solo nombrar el tema, espanta al 100% de los visitantes.
Nota: si hemos pasado esta fase, podemos decir que tenemos que sacar leche para almacenar o bien estimular el pecho para producir más aunque sea una trola como un piano.
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Por último siempre podemos aprovechar que viene gente para salir y que nos de el aire, que no nos vendrá mal, de manera que damos una vueltecita por el barrio, carrito/mochila y niña dispuesta mediante, y al final del mismo nos despedimos en la puerta de casa dando las gracias por venir. El 80% se van, siempre nos queda un 20% que se ha dejado estratégicamente algo arriba en casa o que quiere subir al baño para los cuales se tiene que improvisar alguna frasecita del tipo "bueno pues vamos a la rutina diaria, ya nos veremos otro día con más tiempo" y ¡zasca! fuera.
Mr.P says: Tampoco hay que abusar mucho de estos trucos porque luego lo mismo los espantas definitivamente y ahora estamos en esa fase en la que hay que dar entrada a casa riñones nuevos y frescos para que paseen a la peque, que los nuestros ya no dan para más.
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