Mi primer día de la madre

Hoy ha sido mi primer día de la madre, dicho en voz alta aún me suena fuerte, una palabra que recoge tantas cosas que si me pusiera a describirla me faltarían líneas, ante todo mucha responsabilidad pero una responsabilidad más que recompensada cada minuto del día. Y hoy he disfrutado mucho como madre, aunque me duele hasta el último pelo de la cabeza de cansancio, tenía que escribir para agradecer el día, es lo menos.

Esta mañana la padawan ha amanecido a las 8:30h, una hora más tarde que lo que suele amanecer, quizá porque anoche a las 2 de la madrugada estaba llamando mi atención para que no echara en falta ninguna de las facetas de madre en este día o quizá porque ha preferido regalarme una hora más, pero ahí estaba ella tan risueña como cada día. El padre me ha hecho el enorme favor de llevársela y dejarme la cama para que yo me expandiera y durmiese un rato más, aunque no mucho, porque una hora más tarde han venido a levantarme los dos. El pobre mío tiene la enorme virtud de disfrutar de los regalos como si fuera un niño de 5 años, le encanta comprarme algo que sabe que me va a encantar y pasarse los días dándome pistas sin que se las pida y con media sonrisa en la cara, así que esta mañana no podía ser menos. En el salón me esperaba el desayuno y mi regalo, un álbum de fotos hecho a mano (no por él, aunque si decorado por su parte) de todo lo que he vivido hasta ahora como madre y cuatro cuentos que poder disfrutar algún día con mi hija, aunque de momento me deleitaré yo con las ilustraciones e historias maravillosas de su interior.

Ni que decir tiene que me han emocionado. Después de verlo y sobre todo de mirarles a ellos, me he dado cuenta de lo afortunada que soy, no necesito nada más para ser feliz, suena ñoño como el día, puede ser, pero es la realidad. Así que sólo pasaba por aquí para aprovechar y agradecerle a él todo lo que hace por mí para que salgan días como el de hoy, mi media langosta sigue dándolo todo para que cada día sea especial, me llena de detalles, de sonrisas, de besos, de miradas, de piropos, de vida con mucho amor. Él y mi niña me hacen la madre que soy, así que gracias a los dos por todo, OS QUIERO MUCHÍSIMO.

El día lo hemos completado con una comida fuera en una terracita, una siesta, un paseo en familia explorando el parque y con un concurso de tirada de bellotas contra una farola, ¡ah! y el sorteo de la desmadres que me ha otorgado un bolso la mar de bonito que voy a lucir encantada Nupaní, que queréis que os diga no podía ser mejor.

Y aquí mis regalinchis :)